El lanzamiento incremental consiste en la construcción del tablero del puente en tramos sucesivos, normalmente de entre 15 y 25 metros. Estos tramos se hormigonan in situ, detrás de uno de los estribos, en una zona segura y accesible. Cada nuevo tramo se construye detrás del anterior y, una vez fraguado el hormigón y solidarizada la estructura, el tablero se empuja hacia adelante de forma incremental mediante gatos hidráulicos. Para facilitar el avance y reducir los momentos negativos en las zonas de apoyo, se coloca en la parte frontal un "nariz de lanzamiento", una estructura metálica ligera. Este método es ideal para puentes con vanos regulares y geometrías rectilíneas o con curvas suaves. Es especialmente adecuado para vanos de entre 30 y 60 metros por apoyo y se utiliza habitualmente en puentes con una longitud total superior a 200 metros. Su aplicación es común en zonas de difícil acceso, como valles profundos, o para el cruce de líneas ferroviarias o autopistas.
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